Cooperativa Guillermo Lehman Ltda, Compañía

Somos la Cooperativa Guillermo Lehmann. Nuestra casa central está ubicada en la localidad de Pilar, Santa Fe; y contamos con 11 locales de remates ferias, 2 plantas de acopio de cereales, y 1 planta de producción de balanceados. Somos una organización de productores que proyecta a diario el accionar de más de 4.800 asociados, con el más ágil y seguro sistema de comercialización. Millones de cabezas de ganado subastadas en los distintos remates feria, un importantísimo acopio de cereales y oleaginosas, y la producción de alimentos balanceados de alta calidad, certifican lo afirmado. Pero por encima de lo que las cifras consignan, hay otro elemento digno de ser destacado: el alto grado de conciencia que el sector agropecuario tiene respecto de nuestra seriedad y rectitud de procedimientos, y de nuestra conducta inalterable desde la fundación de la Cooperativa, el 21 de mayo de 1951. Somos la Cooperativa Guillermo Lehmann. Fuimos la Cooperativa de sus abuelos... Y seremos la Cooperativa de sus nietos... Corría el año 1951 cuando un grupo de productores agropecuarios empezó a considerar la posibilidad de formar una cooperativa agropecuaria, con el primer objetivo de disponer de un bañadero de hacienda, una verdadera necesidad para los rodeos de la zona. Aunque hubo un proceso previo que tuvo entre sus grandes propulsores a don Clemente Balangione, fue el 21 de mayo de 1951 cuando la idea cobró forma, en ocasión del 75º aniversario de la fundación de Pilar. Participaron de esta asamblea 21 productores de la zona Así, tras una serie de reuniones, se llegó a la Asamblea General del 21 de mayo, en el domicilio del señor Ernesto J. Bosch. Allí, por unanimidad, se constituyó la Cooperativa Agrícola Ganadera. En la misma Asamblea, el señor Horacio Karlen, a instancias del doctor Lázaro Grattarola, propuso que la nueva cooperativa se denominara Guillermo Lehmann, en homenaje al fundador de la localidad, lo que también fue aprobado por unanimidad. A continuación, se debatió el tema de la necesidad de contar con un bañadero de hacienda y se consideró conveniente intentar alquilar o comprar las instalaciones de las señoras Josefa Albrecht de Beltramino y Elide Karlen de Zenclussen. Esta propuesta también se aprobó sin disidencias. Un puñado de palabras extraídas de las memorias de aquellos años sintetiza el pensamiento de quienes le dieron vida a la institución: "...El activo más importante de las cooperativas está formado por sus integrantes. De los conocimientos, de la formación y de las cualidades de éstos depende el éxito final. He aquí por qué es indispensable lograr la comprensión de todos y cada uno de los asociados, a fin de contar con hombres que valoren el sentido y el alcance de la cooperación y consagren a ella el entusiasmo y que, por sobre todas las cosas, defiendan los ideales y los fines de su cooperativa, que son los ideales y los fines de la cooperación".